- “Siempre que me muevo hago Aikido”
- "El aikido, no es para un país o para alguien en particular, es mi herencia a la humanidad"

O’ Sensei Morihei Ueshiba
Fundador del Aikido(1883 – 1969)

Nació el 14 de Diciembre de 1883 en Tanabe, prefectura de Wakayama, Japón. A temprana edad decidió entrenar su cuerpo a través de las artes marciales debido a una enfermedad que lo hacía sentir muy débil y sin fuerzas. Originalmente, como todos los demás decidió adiestrarse únicamente en el plano físico.
Practicó todas las artes marciales conocidas transformándose en un experto en poco tiempo de cada una de ellas y a través de las cuales logró un restablecimiento paulatino de su salud. Llegó a ser el hombre más competente del Japón en el dominio de las artes marciales.
En la cumbre de su poderío físico comenzó a preguntarse si el verdadero valor de las artes marciales era solamente vencer al oponente, luchar y prevalecer sobre los demás. "Vencer sólo significa que algún día seremos vencidos. El vencedor de hoy será vencido mañana. En nuestra juventud somos físicamente fuertes, pero esta fortaleza física se desvanece con el paso de los años, y un hombre más joven será capaz de derrotarnos. Vencemos, sólo porque otros son derrotados, estas victorias son siempre relativas". A los ojos de la naturaleza , vencer o ser derrotados en el mundo de los hombres carece de valor, no tiene significado más importante que el flujo y reflujo de las olas sobre la playa. ¿No será inútil gasto de energía emplear toda una vida de esfuerzos en semejante cosa?" "Es posible que lleguemos a subyugar a los demás, pero también es posible que no seamos capaces de controlar nuestra propia mente. Si no podemos controlar nuestra propia mente a voluntad, vencer a otros no nos traerá felicidad. Posiblemente quede satisfecha nuestra vanidad, pero... ¿de qué sirve eso a la humanidad?".
A raíz de esos pensamientos dirigió sus pasos hacia el ascetismo y la meditación. A mediados de Noviembre de 1919 se dedicó a la práctica de la meditación Chinkon Kishin (calma del espíritu y retorno a lo divino) que dirigía el Maestro O.Deguchi. En torno a esa época su concepción de las artes marciales adquirió un carácter netamente espiritual,utilizando unificadamente los principios aplicados y la técnica para romper las barreras entre el cuerpo, la mente y el espíritu.